El electrizante poder de la palabra

Foto: Juan López Cepero

Invertir en hablar bien en público mejora los resultados académicos y facilita la incorporación al empleo

“Nunca sabrás lo que piensas hasta que no seas capaz de rebatir la posición de tu crítico más feroz con respeto”. Estas palabras de Marie Souvestre, la mentora intelectual de Eleanor Rooselvet hasta 1905, podrían convertirse en un arma de construcción masiva. Para desarrollar el pensamiento crítico en España desde la raíz del sistema educativo se necesitan iniciativas perfectamente diseñadas y financiadas. El cambio requiere esfuerzo y tiempo, pero vale mucho la pena porque supondría la transformación del paradigma de enseñanza con mejoras de expedientes y acceso al mercado laboral.

La oratoria, el arte de hablar con elocuencia, ha quedado olvidada en el sistema educativo español desde hace décadas. No se enseña en ninguna etapa. Únicamente algunos centros privados han empezado a desarrollar programas en este ámbito. En la enseñanza superior, la primera vez que se organizó en España un torneo universitario de debate fue en el año 2000. En el 2012 existían unos cinco. Desde el 2017 se organizan más de 30 al año. Se trata de una actividad opcional, fuera del horario lectivo y la mayoría no cuenta con el apoyo directo de las instituciones educativas.

Para impulsar la oratoria y su establecimiento en la enseñanza pública, bien como una disciplina evaluable más en el currículo o bien para crear programas de éxito educativo en los que suponga la columna central, resulta fundamental un buen conocimiento de la lengua. Por un lado, debe existir esta base sólida, más técnica, porque otorga al alumno la capacidad de comprender otras asignaturas. Asimismo, conocer la lengua, manejando las herramientas que facilita la oratoria, posee otra ventaja para el alumno: le permite comunicar y transmitir todo tipo de conceptos de manera eficaz.

Resolución de problemas

Es decir, las clases de oratoria, además de ser un complemento para las clases de su idioma vehicular, le facilitarían el camino al alumno para aplicar de manera práctica todos los conocimientos adquiridos en la resolución de problemas de la vida diaria. Obtiene con esa combinación elementos para debatir, argumentar, asimilar nuevos conceptos, discutir, desarrollar el pensamiento crítico, contestar preguntas en una entrevista de trabajo, dirigirse a diferentes audiencias, realizar discursos y aprender a destacar aquello que puede tener más relevancia o más énfasis.

Con esto, convertirse en un buen orador tiene dos beneficios. Por un lado, incrementa las posibilidades de encontrar un empleo en el nuevo entorno laboral, como así lo destacan varios informes como el publicado por el Workforce Conections, un think tank dependiente de la agencia para el desarrollo internacional del Gobierno de Estados Unidos.

Asimismo, tiene incidencia directa sobre un expediente académico positivo, según el estudio Reasoning as a scientist: ways of helping children to use language to learn science. Neil Mercer, su autor y profesor de Educación de la Universidad de Cambridge y director de su centro de oratoria, destaca que los alumnos que aprenden oratoria y retórica y, por lo tanto, la capacidad de hablar en público y de impulsar sus habilidades de comunicación, mejoran sus notas en matemáticas y ciencias.

Trivium y quadrivium

Los filósofos griegos enseñaron al mundo hace 2.500 años que se intercambia información porque se puede conseguir algo con ello, porque resulta útil o agradable o porque puede sacar a alguien de un problema. Inventaron la oratoria y la retórica, los usos del lenguaje, y sentaron las bases de la filosofía moderna del lenguaje, que aborda los actos del habla y sus consecuencias.

En España, el principal escollo es que el sistema educativo no cuenta con asignaturas y programas para desarrollar las habilidades de comunicación de los alumnos. Además, en la práctica docente actual, en la realidad del aula, tampoco existen criterios que midan la evolución de alumnos y alumnas en expresión oral y capacidad argumentativa.

El lenguaje, como señala Leith (2019), ocurre porque los seres humanos estamos hechos de deseos y lo que vincula el deseo y el lenguaje es la retórica. Y la retórica -en el sentido básico de una persona que intenta convencer a otra de una verdad o un ideal- ha producido la civilización occidental. En este sentido, añade Leith, que qué es la democracia sino la idea de que el arte de la persuasión ha de ocupar formalmente el centro del proceso político, del derecho para dotar a las palabras de poder formal en el mundo, en un tribunal donde el arte de la persuasión configura la sociedad civil.

En definitiva, los griegos fueron los precursores de lo que posteriormente los romanos pulirían y denominarían el trívium y el quadrívium; es decir, las siete artes liberales o septem artes liberales. Una base fundamental que prevaleció durante 1500 años en muchas Universidades y escuelas occidentales. Se perdió, en parte, por la evolución de las necesidades en las sociedades y, por ende, en sus economías. Aunque cada vez vuelva a ser más necesario.

El trívium agrupaba la gramática, la retórica (y la poética) y la dialéctica.  El quadrívium se centraba en el estudio de la geometría, la aritmética, la astronomía y la música.

La retórica antigua, previa a Aristóteles y a Pericles, surge de necesidades prácticas. Nace, como indica Alberto Bernabé en la introducción de La Retórica de Aristóteles en Alianza Editorial, en una sociedad como la griega, de carácter predominantemente oral, en la que la palabra escrita tiene un papel muy reducido sobre el absoluto predominio de la palabra hablada. Por otro lado, porque va unida a sistemas políticos en los que las decisiones sobre asuntos públicos o sobre litigios privados las toman grupos humanos amplios cuya opinión debe decantarse en un sentido u otro, y se trata de resultar convincente si se quiere que triunfe una determinada propuesta u opinión.

En la Asamblea podía intervenir cualquiera para hacer, defender o rebatir propuestas. Asimismo, las causas judiciales se dirimían ante un amplísimo jurado popular elegido por sorteo entre ciudadanos y voluntarios sin ningún requisito previo. La inexistencia de jueces y políticos profesionales, así como la presencia general del pueblo libre en todas las instituciones hacían particularmente importante desarrollar las técnicas de persuasión. Así, se desarrolló la oratoria, de modo espontáneo o por necesidad, y, posteriormente, con el estudio técnico del arte del hablar lo hizo a retórica.

Los derroteros que tomó la evolución de algunas sociedades y sus nuevas necesidades provocaron que estas habilidades dejaran de tener sentido y las abocó a su práctica extinción de los currículos educativos, como en e caso de España.

Sin embargo, ya que la retórica es el lenguaje en acción, un nuevo impulso educativo en todos los niveles supondría el desarrollo de las habilidades de comunicación oral y de capacidad de pensamiento crítico. Se potenciaría la mejora personal y laboral de todos los alumnos, incluidos aquellos en riesgo de exclusión.

Programa ÍTACA

Desde algunos ámbitos educativos, se han puesto en práctica iniciativas con esos objetivos. El programa ÍTACA, ideado en el 2017 por la Consejería de Educación y Empleo de la Junta de Extremadura, se basa en la potenciación de las “soft skills”, la comunicación, la cooperación, la creatividad, el pensamiento crítico y los liderazgos compartidos.

En el caso concreto de Extremadura, el objetivo es dotar a los alumnos de las competencias esenciales para el desarrollo integral del ser humano, en aprendizaje continuo, que han de tener su punto de partida en el sistema educativo. Se trata, pues, de ampliar, más que de cambiar, el enfoque para desarrollar la potencialidad de la retórica, desde unas herramientas comunes, que favorezcan la equidad, la reducción del abandono escolar temprano y el éxito en el mercado laboral.

Diversas organizaciones internacionales, como el Banco Mundial, el Consejo de Europa y la UNESCO, entre otras, además de españolas, se encuentran alineadas en la importancia del desarrollo de estas competencias.

El Banco Mundial señala que las habilidades orales de comunicación comprenden las competencias mínimas requeridas en cualquier trabajo.

Desde la UE, a través del Consejo de Europa y de la Comisión, así como desde la UNESCO, a través del International Bureau of Education, consideran “esenciales” el impulso y el desarrollo de este tipo de habilidades. En este sentido, añaden que, en la economía del conocimiento, memorizar hechos y procedimientos es clave, aunque no suficiente para el progreso y el éxito. Subrayan que “las capacidades, como la resolución de problemas, el pensamiento crítico, la habilidad para cooperar, la creatividad, el pensamiento computacional o la autorregulación, son más esenciales que nunca en nuestra sociedad en rápido cambio. Se trata de herramientas para lograr que lo que se ha aprendido funcione en tiempo real, para generar nuevas ideas, nuevas teorías, así como nuevos productos y conocimientos”.

El gran reto de la nueva Ley de Educación, LOMLOE, es el desarrollo de currículos más competenciales y menos enciclopédicos. Los contenidos han de estar condicionados a un enfoque competencial que permita el agrupamiento de materias en ámbitos que contemple un bachillerato general o que desarrolle metodologías activas.

Cinco de las más reputadas universidades de los Estados Unidos de América (Stanford University, Harvard University, New York University, University of Southern California y la University of Pennsylvania) definen como “fundamental” el desarrollo de las habilidades orales de comunicación, concretamente la capacidad para hablar en público. Destacan que refuerza la autoestima, la confianza en uno mismo, y el desarrollo personal, así como el impulso del pensamiento crítico.

Empleo juvenil

Por su parte, en España, el IESE, en su estudio Las competencias profesionales del futuro: un diagnóstico y un plan de acción para promover el empleo juvenil después de la COVID-19, incide en las pautas de mejora para promover la empleabilidad. El informe cuenta con la opinión de altos directivos de 118 empresas relevantes de la economía española.  Así subraya que la mejora de la empleabilidad exige una buena definición de las competencias profesionales requeridas por las empresas; un sistema educativo ágil y que responda a estas necesidades; y unos Gobiernos que faciliten la adaptación necesaria y posibiliten la cooperación entre todos los agentes involucrados para conseguirlo.

Además, subraya que los nuevos modelos de negocio o nuevas formas de organización y de trabajo exigen un cambio en las capacidades requeridas, como la capacidad analítica o la comunicación. El alumno debe ser consciente de que su mensaje encuentra la fuerza suficiente para que sus palabras consigan el fin propuesto. En definitiva, se trata de impulsar el pensamiento crítico, de enseñar a pensar a los alumnos por sí mismos con unas pautas muy concretas.

El futuro de las políticas públicas en el ámbito educativo, de la formación profesional y en el entorno laboral puede encontrar ahí una buena senda. Se puede partir del respaldo legislativo que ofrece el marco de la LOMLOE, al posterior desarrollo de programa de cooperación territorial que tengan su aplicación en las CCAA, siempre situando al alumno en el centro del sistema.

Para el desarrollo de estas competencias se podrían aplicar tres mejoras para que confluyeran las oportunidades de futuro de los estudiantes y de los jóvenes, tanto de los que se encuentran en riesgo de exclusión como de los que no lo están, y de los empleados. De este modo, se podrá impulsar también el crecimiento económico.

Actualmente, las empresas consideran que los centros educativos no dedican suficiente atención al desarrollo de capacidades profesionales –habilidades o “soft skills”– necesarias en muchas organizaciones. Las capacidades con carencias más destacables son la comunicación (el 58% de las empresas encuestadas no la encuentra en los perfiles), el emprendimiento (50% de las empresas), el liderazgo (48%) y la negociación (48%). Las nuevas formas organizativas o metodologías de trabajo, como la metodología agile, el trabajo por proyectos o el “design thinking” exigen una preparación más profunda en las capacidades mencionadas anteriormente.

En segundo lugar, existe una brecha relevante entre las actitudes que las empresas necesitan y las que encuentran en los candidatos que entrevistan. El 72% de las empresas no ve en los candidatos actitud de resiliencia, el 48% no encuentra el sentido de iniciativa y el 46% no encuentra la visión de conjunto. Las empresas resaltan que la visión de conjunto y el trabajo en equipo son cada vez más necesarios. Las nuevas formas organizativas tienden a eliminar silos, formar equipos multidisciplinares y organizar proyectos alrededor de objetivos relacionados con los clientes finales.

En los próximos años, la importancia de la comunicación, el impulso del liderazgo, la capacidad para trabajar en equipo y el desarrollo del pensamiento crítico crecerá para las empresas. Los Gobiernos y los centros educativos deberían actuar para paliar esa brecha de competencias profesionales. De lo contrario, hacia el 2023 puede aumentar de manera significativa, con el consecuente impacto negativo en la empleabilidad de los jóvenes y en la competitividad y productividad de las empresas.

Propuesta

Conseguir una transformación en el ámbito educativo para incorporar el necesario impulso de las habilidades supone un reto. Esto permitiría la incorporación al actual corpus legislativo educativo el estudio y el desarrollo de las habilidades de comunicación y el impulso del pensamiento crítico. Se podría actuar sobre cinco líneas para intentar la modificación en España del currículum educativo de infantil, primaria y secundaria.

  1. A través de los programas de cooperación territorial que cada comunidad autónoma puede establecer y sin interferir en el programa educativo. No se trata de crear asignaturas concretas, sino de desarrollar los denominados Programas de Éxito Educativo con la colaboración directa del Estado. La Administración Central destina los fondos para su implantación y desarrollo como ha hecho hasta el momento. La Junta de Extremadura, a través del programa Ítaca supone un claro ejemplo de éxito en el uso de estos fondos para la creación de programas ejemplares. Madrid y el País Vasco cuentan también con iniciativas similares.

Aunque la aportación consiste en trasladar más competencias identificadas en la actividad económica al sistema educativo y al proceso de mejora de la empleabilidad, (como pone de manifiesto el informe del IESE). E incidir en la clave esencial, en el cómo hacerlo. Para ello se plantea la creación de un protocolo con departamentos de orientación y el desarrollo en los procedimientos de orientación.

  1. Otra herramienta legislativa se centra en el impulso de los Programas de Innovación Educativa. Es decir, desarrollar la enseñanza de determinadas materias, pero a través de prismas totalmente novedosos. Se basa en la incorporación de esas habilidades de comunicación, anteriormente mencionadas, basadas en la oratoria, la retórica, las presentaciones orales y el trabajo en equipo. De este modo, se integra el contenido propio de cada asignatura desde un punto de vista más participativo y enriquecedor para los alumnos; ya que, al mismo, tiempo se potencian esas habilidades.
  2. Un elemento más a tener en cuenta es el denominado Decreto de Currículum. Esta modalidad, recogida en los Estatutos de Autonomía, atribuye a las Comunidades Autónomas la competencia propia sobre la enseñanza en toda su extensión, niveles y grados, modalidades y especialidades. De este modo, se puede regular y favorecer la actualización pedagógica y el impulso de las habilidades de comunicación para conseguir nuevas metas educativas en consonancia y coherencia con una demanda social de constante mejora de la calidad del sistema educativo. Asimismo, se permite la adaptación y la alineación con las demandas que exponen los principales organismos internacionales y el propio gobierno de España para el desarrollo y la promoción de estas habilidades básicas de comunicación, liderazgo y trabajo en equipo.

 

A esta política, habría que sumarle también la formación específica del profesorado. Así como el diseño de asignaturas específicas en estas áreas en las facultades de educación, en máster que capacitan para el desempeño de la labor educativa y a través de máster específicos que permitan adquirir estos conocimientos.

 

  1. El diseño de contenidos supone otro eje sobre el que debe pivotar cualquier política pública enmarcada en el desarrollo y la implantación de las habilidades de comunicación. Se pueden diseñar asignaturas específicas o, bien, a través del diseño interdisciplinar de contenidos.

 

  1. El impulso de la lectura deviene esencial. El libro es la base para ampliarla a otros códigos, como el visual, para que el mensaje sea coherente y consecuente con la tradición, que, a veces, es vanguardia. Para la mejora del discurso, de la competencia comunicativa, el alumno del siglo XXI ha de ser capaz de leer el mundo en el que vive, entendiendo la lectura desde un enfoque multimodal, en un sentido amplio. Redes sociales, películas y series en plataformas digitales, libros de texto en distintos formatos como paso previo a la transformación digital del aula… y la presencia nuclear de las bibliotecas escolares y a los planes de lectura, escritura y acceso a la información, potenciando el acceso gratuito a la lectura desde el entorno educativo como herramienta para la calidad y equidad educativa. Se cual sea su soporte, el refuerzo del hábito lector potencia la oralidad y la competencia comunicativa del alumnado siendo una destreza esencial para el éxito educativo y con la que desarrollar habilidades ya expuestas aquí como la creatividad, la cooperación, el liderazgo compartido y la toma de decisiones.

En definitiva, el principal instrumento de poder y de cambio de una persona o grupo sobre los demás en todas las sociedades es la palabra. Las palabras son acción, movimiento, luz, libertad e igualdad. Se puede avanzar y queda un amplio margen de mejora.

Carles Montaña

Puede mejorar sus habilidades para hablar en público con este curso que imparto en la Escuela de Periodismo de El País el 8 de febrero: Cómo hablar en público.

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