
Twitch la plataforma de streaming, creada en el 2011 esencialmente para la retransmisión en directo de partidas de videojuegos ha estallado. Su éxito es imparable y supera a los streamers e influencers. La pandemia de la COVID-19 ha provocado que se haya convertido en un fenómeno de masas. En el post Twitch revienta el share, que he escrito para el blog de la Universidad Isabel Iª, en la que enseño comunicación y periodismo, desgrano alguna de sus claves.
Twitch va más allá de los más de dos millones cuatrocientos mil espectadores que consiguió @TheGrefg (durante la presentación de su Skin para Fortnite), o los más de 552.000 de Ibai Llanos durante la retransmisión de las campanadas de las uvas.
La plataforma se ha convertido en una plataforma para recaudar fondos para el Banco de Alimentos como llevó a cabo AuronPlay el 23 de diciembre o para incentivar el voto en los Estados Unidos de América, tal y como hizo la parlamentaria del partido demócrata, Alexandria Ocasio-Cortez en noviembre del 2020.
Se ha abierto una puerta.